¿De visita a Bilbao? Lo esencial que tienes que ver
Bilbao no puede concebirse sin su característico casco antiguo con más de 700 años de historia. Da gusto caminar por las conocidas como “Siete Calles” e ir encontrando edificios emblemáticos como la Catedral o su teatro más elegante inspirado en la Ópera de París, el Arriaga, así como una mezcla de tiendas y cafeterías que van de lo más tradicional a lo más cool.
“La ciudad del Guggenheim”, también podríamos llamar a este destino del País Vasco, ya que desde que se construyó este original museo en 1997, Bilbao se transformó para siempre. De hecho, ahora impacta por sus estructuras rompedoras creadas por prestigiosos arquitectos y es toda una referencia internacional de modernidad.
Aunque, curiosamente, lo que le da su carácter único es la combinación de lo vanguardista con el sabor tradicional de su casco viejo, lleno de encantadoras calles y bares con las barras repletas de pintxos que demuestran que aquí la gastronomía se vive con pasión. Todo esto hace que Bilbao se haya ganado un puesto de honor en las listas de las ciudades más interesantes de España.
Un paseo de contrastes
La visita a esta ciudad del norte de España puede empezar por el Museo Guggenheim. Es uno de los ejemplos más sorprendentes de la arquitectura del siglo XX, ya que Frank Gehry utilizó 33.000 finísimas planchas de titanio para crear sus curiosas formas curvas. En su interior, comparte con Nueva York y Venecia la más importante colección privada de arte moderno y contemporáneo del mundo. Además, Bilbao cuenta con otra de las mejores pinacotecas de España: el Museo de Bellas Artes.
A la apuesta por una imagen rompedora e imaginativa se unen el Palacio Euskalduna, las estaciones de metro de Norman Foster, las torres de Isozaki y Pelli, el puente Zubizuri de Calatrava o nuevos centros culturales como la Alhóndiga de Philippe Starck, construida a partir de un antiguo almacén de vinos.
Por otro lado, Bilbao no puede concebirse sin su característico casco antiguo con más de 700 años de historia. Da gusto caminar por las conocidas como “Siete Calles” e ir encontrando edificios emblemáticos como la Catedral o su teatro más elegante inspirado en la Ópera de París, el Arriaga, así como una mezcla de tiendas y cafeterías que van de lo más tradicional a lo más cool.
Dos puntos fuertes: cocina vasca y una ciudad verde
La prueba de que en el País Vasco la gastronomía es un arte -es uno de los lugares del mundo con más Estrellas Michelin por persona- es la propia ciudad de Bilbao. La Plaza Nueva y sus alrededores están llenos de concurridos bares en los que sirven sus famosos pintxos: pequeños bocados de comida a cada cual más rico. Así que entre animadas tascas, restaurantes familiares y chefs de prestigio, los foodies van a encontrar aquí su lugar en el mundo. Sobre todo, si a esto le sumamos la opción de visitar el Mercado de la Ribera, un precioso edificio donde pueden cocinarte tu compra o donde probar una selección de pintxos y de vino Txakoli al ritmo de la música en directo.
La Bilbao cultural y gastronómica es también una ciudad verde con parques como el de Doña Casilda de Iturrizar y rodeada de colinas (anímate a subir al funicular de Artxanda, todo un clásico para ver Bilbao desde las alturas). Su ría es el otro gran símbolo de regeneración de Bilbao. De hecho podrás ver a gente haciendo paddle surf o remo en ella o recorrerla a bordo de un barco que te lleve hasta el famoso Puente Colgante de Portugalete, declarado Patrimonio Mundial.
Y, por si fuera poco, las playas y los espectaculares acantilados de Getxo están a poco más de media hora en metro.
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Español: Vista Noroeste del Museo Guggenheim Bilbao. También se pueden observar los Arcos Rojos del Puente de La Salve y las obras escultóricas El gran árbol y el ojo de Anish Kapoor, Mamá de Louise Bourgeois y Tulipanes de Jeff Koons.
English: Guggenheim Museum Bilbao from Northwest. Three sculptures from the museum’s collection can be seen outside: Tulips by Jeff Koons, Tall Tree & The Eye by Anish Kapoor, and Maman by Louise Bourgeois. The Salve Bridge stands out with its red portico.
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Source | Own work |
Author | Jose María Ligero Loarte |