¿Cómo cuadran las cifras los agricultores?
El sector agrícola está en pleno auge desde que se empezó a vislumbrar su esencialidad para dar de comer durante plena pandemia a toda la población.
Pese a las importaciones de productos, España es uno de los países productores de fruta y verdura más importantes de todo el Mediterráneo y, por extensión, de Europa. De hecho, zonas como Almería son, sin duda, las huertas de los supermercados de medio continente, con lo que eso conlleva.
A este tipo de producción agrícola más centrada en el invernadero, se suman por todo el campo español fincas de regadío, cereales y demás productos que necesitan de toda la ayuda gubernamental y, sobre todo, del apoyo del consumidor para salir adelante.
Y, viendo la crisis de precios que llevan viviendo durante los últimos años, es necesario desde las explotaciones agrícolas ver cómo abaratar algunos costes.
«Se empieza a apostar por energías renovables en algunos casos, por hacer pozas para luego apoyarse en la lluvia para el riego y, cómo no, abaratando costes sin renunciar a la calidad en recambios de herramientas e incluso maquinaria» explican desde Javier Antoraz, empresa especializada en el servicio de neumáticos para vehículos agrícolas.
Entre algunas de las fórmulas que empiezan a usar, está la automatización de procesos que, aunque a priori es una inversión, abarata al cabo del año las cosechas gracias a una toma de decisiones más certera y a olvidarse de ciertos parámetros.
También se busca ahorrar en los vehículos agrícolas, apostando por ejemplo por neumáticos agrícolas baratos que permitan rebajar la factura de mantenimiento de los vehículos y que también puedan ser reparados en menor tiempo para evitar que se demore el seguir trabajando con el tractor, por ejemplo.
Este tipo de gastos hay que verlos como inversión, pero es cierto que la presión a la que ahora mismo se ven sometidos los agricultores compitiendo con productos importados que, aunque de peor calidad, cuentan con una mano de obra más barata en origen, les complican ciertamente cuadrar los balances.
«El campo lleva tiempo pidiendo un poco de intervención para que les ayuden a que no pase lo que en otras campañas, que al final el precio de venta de sus productos en los mayoristas ni cubre en algunos casos el gasto de su trabajo. Eso hay que intentar cambiarlo, volviendo a poner en relieve y concienciando a la sociedad de que no hay mejor vegetal que el de proximidad» explica.