Dos niñas y sus familias, cada una de una corriente diferente del Islam (sunita y chiíta), habían exigido que se retire la prohibición, al considerar que se trataba de una intromisión desproporcionada en sus libertades religiosas y educativas, al tiempo que se violaba el principio de igualdad ante la ley, ya que otros símbolos, como la kipa judía o el turbante (pakta) sikh no quedaba prohibido.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Configurar y más información