El Ejército de Tierra potencia sus capacidades sanitarias, NBQ y de policía militar por la pandemia
El Ejército de Tierra ha aprovechado el contexto actual propiciado por la pandemia del coronavirus para potenciar sus capacidades sanitarias, NBQ y de policía militar para responder mejor a las necesidades derivadas de la misma.
Así consta en una tribuna abierta que el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), general Francisco Javier Varela Salas, ha escrito para el número del mes de enero de la Revista Ejército.
En este escrito, el Jeme expone las líneas maestras que marcarán el camino del Ejército de Tierra en 2021 después de un año que “los españoles tardaremos en olvidar, marcado por el sufrimiento, pero también por el esfuerzo y la resiliencia colectivos”.
El general Francisco Javier Varela Salas atestiguó que el Ejército de Tierra “viene recogiendo experiencias” desde el estallido de la pandemia del coronavirus, sin olvidarse de “mirar al futuro, con esa actitud de adaptabilidad y flexibilidad que demostramos día a día, y que nos consolidad como una herramienta eficaz en manos del Gobierno de la nación, que sirve a los intereses del Estado dentro y fuera de España, que da respuesta inmediata a las necesidades de la sociedad”, tal y como, dijo el Jeme, se ha puesto de manifiesto tras el paso de la borrasca Filomena.
A su vez, destacó que en 2020 el Ejército de Tierra puso a disposición de las autoridades civiles el “100%” de sus capacidades en el marco de la ‘Operación Balmis’ de lucha contra el coronavirus, que estuvo en vigor 98 días, lo que obligó a “revisar nuestros objetivos para adaptarnos a la situación”.
De este modo, explicó que se trazaron tres líneas de actuación a corto plazo: “estar más y mejor preparados para afrontar crisis similares a la Covid-19”, “garantizar condiciones mínimas de vida y trabajo en nuestras unidades”, y “preservar las capacidades operativas esenciales, el liderazgo y la formación en valores”.
Esto le sirvió para mostrar su deseo de que a lo largo de 2021 se recupere “progresivamente” el “ritmo de actividades de instrucción y adiestramiento habitual” previos a la pandemia.
A pesar de ello, comentó que este año ha comenzado marcado por la tercera ola de la pandemia, lo que ha obligado al Ejército de Tierra a “identificar las capacidades que debemos priorizar de forma inmediata”. Por ello, avanzó que está reforzando sus capacidades sanitarias, NBQ y de policía militar para “responder mejor a las necesidades actuales”.
Por otro lado, adelantó que en 2021 se continuará con “la modificación de nuestras estructuras dentro del concepto de organización orientada a la misión, que en el caso de la Fuerza se encuentra muy avanzada”, y cuyo ejemplo más reciente es la remodelación de la División San Marcial, que desde ahora agrupa a las unidades más especializadas del Ejército de Tierra.
Tras la implantación del concepto de la Brigada como “Sistema integral de Combate”, detalló que se continuará con el desarrollo de la Fuerza 35, “si bien la situación económica habrá de adecuarse a los tiempos que vivimos”.
También apuntó que “el capital humano” del Ejército de Tierra se mantendrá como “el centro de gravedad” de la organización, lo que obligará a la adquisición de “una nueva mentalidad, presidida por un modelo de liderazgo basado en el ejemplo y apoyado en nuestros valores, que fomente la iniciativa a todos los niveles”.
Por último, manifestó que “seguimos necesitando un esfuerzo colectivo, sostenido en el tiempo, para poder trasladar a la sociedad, en especial a las generaciones más jóvenes, lo que las Fuerzas Armadas hacemos para garantizar la libertad de todos los españoles”.