La auténtica tragedia palestina
Por Khaled Abu Toameh |
Los dirigentes palestinos están tan volcados en la condena de Emiratos Árabes Unidos (EAU) por su acuerdo de normalización con Israel que no les queda tiempo para reparar en el terrible sufrimiento de sus compatriotas en algunos países árabes, especialmente en Siria y en Irak. Es más, parece que no les perturba el hecho de que en algunos países árabes los palestinos están, misteriosamente, desapareciendo.
A diferencia de lo que sucede con sus líderes, a los palestinos que viven en Siria y en Irak no parece preocuparles el acuerdo Israel-EAU. Y es que tienen preocupaciones más acuciantes, como la búsqueda de un techo para sus hijos y de agua potable para sus familias. A esos palestinos les perturba haber perdido sus hogares, y les angustia el destino de sus hijos desaparecidos.
En las últimas dos semanas, los dirigentes de la Autoridad Palestina (AP) y de Hamás han centrado su atención en el acuerdo Israel-EAU y en cómo persuadir a otros Estados árabes para que no sigan los pasos emiratíes. Pero, ya digo, todo parece indicar que la paz entre Israel y Emiratos es lo último que tienen en mente los palestinos residentes en Siria.
Desde el comienzo de la guerra civil (2011), en Siria han muerto 4.048 palestinos, y los heridos se cuentan por miles. Decenas de miles han abandonado sus viviendas y huido a otras partes de Siria, a los países árabes vecinos o a Europa. Además, 1.797 palestinos han sido detenidos por las autoridades y encerrados en condiciones durísimas; de otros 333, sus familias no saben nada.
Mientras, incitados por sus líderes, los palestinos de la Margen Occidental y Gaza queman banderas de Emiratos y retratos del príncipe heredero Mohamed ben Zayed, se informa de que, en el norte de Siria, centenares de familias palestinas desplazadas viven en unas «condiciones humanitarias penosas», en tiendas de campaña. El Grupo de Acción por los Palestinos de Siria (GAPS) reportó que muchas de ellas se han visto forzadas a abandonar también las tiendas debido a la falta de los servicios más elementales. «Hacen frente al intenso calor del verano sin disponer de agua. A veces, los campos están sin agua durante muchos días».
El GAPS dice haber documentado 333 casos de desaparición de palestinos (37 de ellos, mujeres) desde el inicio de la guerra civil.
«Los activistas acusaron a los grupos de seguridad prosirios de cometer secuestros y detenciones sobre la base de que las personas desaparecidas eran buscadas por las fuerzas sirias de seguridad o para pedir a sus familiares un rescate por su liberación.»
Las condiciones de los palestinos residentes en la vecina Irak son malas, pero no tanto. En Irak, por cierto, también parece que hay palestinos desaparecidos en misteriosas circunstancias.
Recientemente, varias familias palestinas apelaron al primer ministro iraquí, Mustafá al Jadhimi, para que revelara el paradero de sus hijos, que llevan muchos años detenidos y de los que ignoran tanto el lugar en que fueron capturados como las circunstancias de su encierro. Hay palestinos que llevan detenidos desde 2005.
«Nosotros, familiares de palestinos que llevan muchos años detenidos en Irak, no sabemos nada del paradero de nuestros hijos», han escrito a Jadhimi.
«Hemos visitado numerosos departamentos y centros de seguridad, pero no hemos dado con rastro alguno de ellos. Le pedimos que vea cómo se encuentran sus familiares y que atienda al pesar de sus madres, algunas de las cuales han fallecido llorando a sus hijos. Le pedimos que tenga la deferencia de ayudarnos a saber qué ha pasado con nuestros hijos, y de reunirse con un grupo de estas familias para que conozca sus casos.»
Las familias palestinas denuncian que entidades como el Comité Internacional de la Cruz Roja y la ONU se han negado a asistirlas en la búsqueda de sus seres queridos.
Mohamed Abu Omar, palestino residente en Irak, dice que dos miembros de su familia llevan desaparecidos desde que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad iraquíes en 2005. «Dos días después del arresto se nos pidió que pagáramos un rescate de 50.000 dólares», afirma. «Pagamos la mitad, liberaron a uno y prometieron soltar también al otro, pero sigue desaparecido».
El escritor palestino Nabil al Sahli afirma que los 4.000 palestinos que siguen en Irak están viviendo una «tragedia» y que, según algunos estudios, al menos 20.000 palestinos han sido desplazados de Irak a otros 40 países de todo el mundo como consecuencia de las «masacres» perpetradas contra ellos por las milicias sectarias. Al Sahli prevé que el sufrimiento de los palestinos de Irak aumente luego de que el Gobierno de Bagdad aprobara una ley que despoja a los refugiados palestinos de sus derechos y los clasifica como foráneos. La nueva ley, implantada en 2018, sustituye a una dictada por Sadam Husein en 2001 que estipulaba que los palestinos fueran tratados igual que los iraquíes, con todos los privilegios y derechos ciudadanos.
«Dada la popularidad de la causa palestina, es de alguna manera sorprendente que el drama de los refugiados palestinos en Irak reciba tan poca atención mediática», se lee en un estudio publicado en la web qatarí The New Arab.
«Tras una década y media de abusos, los palestinos que residen en Irak desde la creación de Israel (1948) tratan de abandonar su país de adopción para escapar de los tormentos cotidianos que padecen.»
El informe de The New Arab subraya que, en efecto, a los palestinos se les ha despojado de sus documentos de identidad y viaje por parte de los sucesivos Gobiernos del país.
«Despreciados como ‘baazistas leales’, ‘favoritos de Sadam’ o simplemente como ‘suníes’, los refugiados palestinos han sido atacados duramente por las milicias chiíes tras la caída del régimen de Sadam Husein. Sólo en 2003, 344 familias palestinas fueron expulsadas de sus hogares por las milicias.»
Los líderes palestinos que andan acusando a los emiratíes de «apuñalar a los palestinos por la espalda» porque quieren hacer la paz con Israel quizá deberían tener en cuenta que países árabes como Irak y Siria están no sólo apuñalando a los palestinos por la espalda sino matándolos, expulsándoles de sus hogares y haciendo desaparecer a sus hijos. En extremo contraste, Emiratos y otros Estados del Golfo llevan desde hace mucho abriendo las puertas a los palestinos y procurándoles empleo y altos niveles de vida.
Estupefacientemente, los dirigentes palestinos tienen todo el tiempo del mundo para castigar a Emiratos, pero nada para hablar de los abusos sistemáticos y de las muertes de palestinos en Siria e Irak. Para la AP y para Hamás, la auténtica tragedia se produce cuando un árabe muestra su disposición a hacer la paz con Israel.
Los palestinos de Siria e Irak seguirán temiendo por sus vidas mientras sus líderes prefieran arremeter contra los acuerdos de paz entre Israel y los países árabes antes que contra la persecución y muerte de los palestinos en los Estados árabes.