abril 19, 2024
BUENOS DÍAS, ESPAÑA!OPINIÓN

No, lo de ETA no se ha acabado

Por Santiago Fontenla

2020 fue un año de malas cifras. Conocimos algunas y han pasado desapercibidas, solapadas en cierta manera, otras. 193 fueron los actos que en el País Vasco celebró el entorno de ETA en homenaje a sus ‘gudaris’ presos. Los asesinos de ETA no han visto disminuir en lo más mínimo el apoyo de los suyos y el de una parte de la sociedad que, puesta de perfil, sigue prefiriendo callar ante el sufrimiento de miles de ciudadanos que aún hoy ven cercenados sus derechos.

Lo contaba el Observatorio de la Radicalización de Covite, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo vía comunicado de prensa, y lo padecíamos in situ las personas que aquí vivimos y que desde hace decenas de años soportamos la presión separatista en cualquiera de sus vertientes por el mero hecho de considerar esta tierra una parte fundamental de España.

Denunciaba Covite que «pese a que el fenómeno de la radicalización violenta ultranacionalista en el País Vasco y en Navarra no disminuye, las instituciones continúan sin tratar este asunto con la seriedad y la urgencia que merece». Esta afirmación quizás no pueda entenderse, con claridad al menos, desde la distancia. Puede resultar difícil entender que hoy, tras unos años de aquel anuncio del ‘cese definitivo de la lucha armada’ por parte de la banda asesina ETA, la violencia separatista permanezca prácticamente inalterable.

Y es que resulta raramente comprensible que a día de hoy los tentáculos de la banda armada, reconvertidos en asociaciones o partidos políticos, sigan ejerciendo la violencia sin ocupar una sola línea en la mayoría de los mainstream españoles, dando la falsa sensación de problema superado a lo que realmente supone un gravísimo ataque a la sociedad vasca en particular y a la española en general. Un problema alimentado desde el propio Gobierno de España.

La embrutecida política separatista ha encontrado los cómplices perfectos en Sánchez e iglesias. La sangre que embadurna el suelo no parece manchar los mocasines de este Gobierno que ya ha acercado a sus casas a docenas de etarras. De hecho, hemos conocido que Marlaska, por orden de Sánchez, ya ha acercado a 144 etarras a menos de 200 kilómetros del País Vasco. Es una de las partidas que EH Bildu ha puesto como precio al apoyo a Sánchez. Sólo es un primer capítulo de la traición a las víctimas del terrorismo y a todos los españoles.

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