Palestinos: la lucha por el robo de los fondos para la reconstrucción
Por Khaled Abu Toameh
El mes pasado, Egipto consiguió forjar un alto el fuego entre Israel y Hamás. Ahora bien, desde entonces ha sido incapaz de cerrar un acuerdo entre Hamás y la Autoridad Palestina (AP) para la reconstrucción de los edificios y viviendas destruidos durante el conflicto de 11 días entre Israel y Hamás en Gaza.
Egipto se está volcando en ayudar a los palestinos de Gaza tras la reciente ronda de enfrentamientos entre Israel y Hamás. En primer lugar, el presidente Sisi prometió aportar 500 millones de dólares a la reconstrucción. (Qatar ha prometido desembolsar una cantidad similar). Después, despachó al jefe del Servicio General de Inteligencia (SGI), Abás Kamel, a la Franja y la Margen Occidental para que abordara con los dirigentes de Hamás y la AP la cuestión de la reconstrucción. Además, envió decenas de buldóceres e ingenieros para que asistieran en las labores de reconstrucción, e invitó a representantes de una pluralidad de facciones palestinas, empezando por la AP y Hamás, a El Cairo para debatir sobre cómo ayudar a los gazatíes que perdieron sus viviendas en el curso del referido conflicto. Igualmente, confió en que los líderes de las facciones llegasen finalmente a un acuerdo que pusiera fin a la disputa entre Hamás y Fatah.
El pasado día 10, los egipcios informaron a las facciones palestinas de la postergación hasta nuevo aviso del encuentro que se iba a celebrar en El Cairo bajo los auspicios del SGI. La decisión de última hora se tomó cuando los representantes palestinos ya habían llegado a la capital egipcia y obedeció, según se ha reportado en varios medios árabes, al vivo enfrentamiento entre AP y Hamás sobre quién ha de responsabilizarse de las labores de reconstrucción en Gaza.
La AP sostiene que debería ser ella la única responsable y que debe canalizar todos los fondos, mientras que Hamás insiste en que los recursos procedentes de la comunidad internacional vayan directamente a sus arcas. En resumidas cuentas: lo que la AP y Hamás están diciendo es que no se fían la una de la otra en lo relacionado con la gestión de los cientos de millones de dólares prometidos por países como Egipto para la reconstrucción de la Franja.
«A la Autoridad Palestina no se le puede confiar la administración de los fondos, y no quiere ayudar a la Franja de Gaza», afirmó el analista político palestino Eyad al Qarra. «La Autoridad Palestina está ahí para chupar la sangre del pueblo palestino, y quiere sacar tajada y revivir su presupuesto a expensas del sufrimiento de nuestro pueblo».
Azam al Ahmed, dirigente de Fatah, dice que su partido ha comunicado a los egipcios que las labores de reconstrucción deben realizarse bajo la supervisión de la AP. Ahmed ha acusado a Hamás de lanzar una «campaña mediática» contra la AP que «daña la unidad nacional e ignora el rol de la AP» en la reconstrucción.
Tanto la AP como Hamás tienen buenas razones para la mutua suspicacia. Llevan en guerra desde 2007, cuando la segunda perpetró un violento golpe contra la primera y se hizo con el control de la Franja. Por otro lado, desde hace mucho los palestinos acusan a ambas de corrupción y de mala gestión de los fondos públicos.
La querella entre la AP y Hamás a cuenta del dinero de la reconstrucción ha sido objeto de duras condenas en los mundos árabe y palestino. Se les acusa de anteponer sus propios intereses a los del pueblo palestino. Árabes y palestinos temen que la controversia lleve a los donantes a no contribuir a la reconstrucción de Gaza.
Unos palestinos han lanzado una «campaña popular» en la que se pide a los Estados del Golfo que no entreguen el dinero de la reconstrucción a la AP ni a su presidente, Mahmud Abás, por «la corrupción rampante y el saqueo de los fondos donados».
«Los simpatizantes que están dispuestos a donar se preguntan quién recibirá los fondos», destaca el analista político emiratí Mohamed Yusef.
«No confían en Hamás, que practica la corrupción y discrimina a los residentes en Gaza. Los gazatíes saben que la mayoría de los fondos acabarán en cuentas [bancarias] secretas de Hamás y sus líderes [y que se destinarán a] labores de contrabando. La Autoridad Palestina, que es muy corrupta, desea encargarse de los planes de reconstrucción y sus líderes quieren todo el dinero.»
La saudí Nora Shanar se muestra contraria a dar dinero a grupos terroristas palestinos apoyados por Irán y radicados en Gaza como Hamás y la Yihad Islámica, que «llevan a los jóvenes [palestinos] a la destrucción» a la mayor gloria de Teherán.
«Los palestinos deben acabar con la ocupación iraní de Palestina para poder vivir en paz. Los musulmanes no les entregarán su dinero. Las organizaciones terroristas buscan engañar a los árabes y a los musulmanes.»
La disputa por los fondos de las reconstrucción vuelve a demostrar la total indiferencia del liderazgo palestino hacia el bienestar de su pueblo. A los dirigentes de la AP y de Hamás sólo les preocupa una cosa: llenarse los bolsillos con el dinero recaudado para los sufrientes palestinos. También deja claro que la recuperación por parte de la Administración Biden de la solución de los dos Estados es un espejismo: los palestinos no pueden ponerse de acuerdo siquiera para celebrar elecciones o reconstruir las viviendas de su propia gente.
A juzgar por la reacción en las redes sociales de numerosos usuarios árabes y musulmanes, es altamente improbable que los países árabes e islámicos estén dispuestos a poner su dinero en manos de la AP y de Hamás. Una vez más, los palestinos pagan el precio de la incompetencia y corrupción de sus dirigentes.
El mensaje que los árabes y los musulmanes están mandando a la Administración Biden y a los donantes occidentales en general es: dejad de regar con dinero al corrupto y fracasado liderazgo palestino, que vive de saquear las donaciones internacionales. Los palestinos no necesitan el dinero tanto como unos nuevos líderes más interesados en el bienestar del pueblo que en llenarse los bolsillos.