Jóvenes multados por botellón prefieren pagar 600 euros antes que trabajar para la comunidad
Los jóvenes multados por hacer botellón durante la pandemia prefieren asumir el pago de sanciones, que alcanzan hasta los 600 euros, antes que realizar trabajos voluntarios en beneficio de la comunidad. Esta es la conclusión de un examen elaborado por el Ayuntamiento de Barakaldo a raíz de las fiestas clandestinas disueltas el año pasado. De las 46 multas tramitadas por este motivo, no hubo ninguna petición para intercambiar el abono por la alternativa de echar una mano a los demás.
El Ayuntamiento de Barakaldo ofrece desde 2009 a los menores no reincidentes que cambien las sanciones por trabajos comunitarios. Cuando el infractor no supera los 16 años también puede realizar un taller de sensibilización como alternativa al castigo económico. Sin embargo, esta vía sigue siendo la menos utilizada.
Sólo 22 de los 130 menores sancionados entre 2018 y 2019 optaron por el programa -15 chicos y 7 chicas-. El año pasado, en plena pandemia, nadie. En los últimos cinco ejercicios se han realizado en total 158 sesiones de sensibilización.