marzo 28, 2024
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Un preso incendia su celda en la prisión de Villena porque quería porros

Un preso recluido en Villena y considerado peligroso y conflictivo resultó intoxicado leve por inhalación de humo al provocar un incendio en su celda el pasado viernes como medida de protesta porque quería porros, según ha informado la asociación de trabajadores penitenciarios «Tu abandono me puede matar» (TAMPM). El incidente ocurrió el viernes por la noche y antes de evacuarlo a un hospital tuvo que asistirle un enfermero porque no había médico de guardia a causa de la falta de personal, según denuncia TAMPM, que recuerda que hay 1.200 internos en Villena y 400 de ellos confinados de forma preventiva por el contagio con covid-19 de un monitor de los talleres.

Este nuevo incidente ocurrió en el departamento de Aislamiento y el interno que lo protagonizó es un recluso que constantemente está siendo trasladado de una cárcel a otra debido a su conflictividad. Según la asociación, ha protagonizado numerosas situaciones en las que ha puesto en peligro la integridad física y la vida de los funcionarios de Prisiones que le custodian.

Según TAMPM, el interno estuvo la tarde del pasado viernes reclamando de forma insistente a los funcionarios de Aislamiento que lo cambiaran de galería porque donde estaba «nadie tenía porros y él quería comprarse unos cuantos». Al no atender, lógicamente, dicha petición, el recluso causó un incendio en su celda sobre las nueve y media de la noche. Quemó el colchón y ropa y un funcionario de la torre de control se percató del incendio y avisó a sus compañeros, que acudieron a sofocar el fuego y a rescatar al internos.

Sin embargo, comprobaron que el preso, que profería amenazas de muerte al primero que entrara en la celda, había sujetado el colchón en la puerta de barrotes para tratar de impedir el paso de los funcionarios y tapó la ventana para que no se pudiera ver nada. TAMPM afirma que el mando de incidencia no autorizó el protocolo de entrada a la celda para evitar ser agredidos, únicamente lo hizo cuando el recluso estaba a punto de perder el conocimiento y se acercó a la puerta para que le esposaran.

La asociación TAMPM denuncia que la noche del incendio noche no había médico en la prisión, pese a que debe haber al menos uno por turno en un centro con 1.200 presos. Por ello, tuvo que atenderle un único enfermero que estaba de guardia y logró estabilizar al interno antes de ser trasladado a un hospital para recibir asistencia por el humo inhalado. En referencia a la falta de personal, TAMPM afirma que las condiciones laborales en Prisiones son «lamentables, con unos sueldos que no hacen justicia a nuestra labor y teniendo que sufrir continuos insultos, amenazas y agresiones por parte de internos conflictivos, sin

que se ponga remedio por falta de voluntad del Gobierno». Además recuerda que siguen «sin que se nos reconozcan las singularidades de nuestro puesto de trabajo con un sector propio y sin ser reconocidos como agentes de autoridad».

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